El acusado de intrusismo profesional en la práctica de la podología incurre en “graves contradicciones” en la vista oral celebrada hoy en el juzgado de Santiago
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El Colexio de Podólogos de Galicia asegura que ha quedado de manifiesto que él trataba a los pacientes.
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El próximo 10 de junio comparecerán ante la jueza los podólogos Ricardo Alexandre Caldas y Ángeles Gestoso, poniendo fin a las diligencias y dejando el caso visto para sentencia Santiago de Compostela, 10 mayo de 2016 (Vía Láctea Comunicación).
El juzgado de lo Penal número 2 de Santiago ha celebrado hoy el juicio por intrusismo profesional contra Emilio Arias Aparicio, un “falso podólogo” que ejerció en Santiago durante más de veinte años en la clínica Instituto Clínico Especialidades Emilio Arias (ICEA), en la que además actuaba como gerente. El Colexio Oficial de Podólogos de Galicia se personó como acusación particular con objeto de “apoyar a los potenciales pacientes del intruso y en defensa del interés de la profesión podológica” para, en definitiva, luchar contra la lacra del intrusismo profesional en la podología gallega.
El Colexio aseguró que el acusado incurrió en “graves contradicciones”, y tras su declaración quedó de manifiesto que él mismo veía y trataba a los pacientes, e incluso los derivaba a facultativos de diversas especialidades, tal como corroboraron los pacientes que asistieron a la vista oral en calidad de testigos. Además, el Colexio apuntó que se ha acreditado que todos los podólogos contratados por ICEA “no trabajaron el tiempo que estuvieron dados de alta en la Consellería de Sanidade”, sino que simplemente se utilizaba su titulación para dar legalidad a la clínica.
Tras escuchar las declaraciones del acusado, que aseguró actuar solo como gerente de la clínica y realizar algunas labores de pedicura, los testigos peritos de la Subdirección Xeral de Inspección da Consellería de Sanidade indicaron que en sus inspecciones en la clínica fueron recibidos por el acusado, vestido con una bata, pero en ningún caso vieron a algún podólogo en el lugar. Solicitaron la agenda de citas e historias clínicas, comprobaron que en la clínica se realizaban prácticas podológicas y que el único que las podía realizar era el acusado.
A continuación, la testigo Cristina Romero, paciente de la clínica, aseguró que fue atendida por el acusado que la trató, con material podológico y bisturí, una patología en una de las uñas del pie, además de fabricarle una ortesis de silicona a medida. La testigo afirmó también que el acusado le indicó que para curar su dolencia él mismo la operaría.
La vista oral fue aplazada en febrero por la ausencia de uno de los testigos, el podólogo portugués Ricardo Alexandre Caldas Días. En el día de hoy, el testigo tampoco pudo declarar ni de forma física ni por videoconferencia, como así lo había solicitado el Ministerio Fiscal, la acusación particular y la defensa. Su comparecencia, y la de la podóloga Ángeles Gestoso, se ha trasladado al próximo 10 de junio, a las 10:00 horas.
Ante la imposibilidad de contactar con el testigo, la jueza explicó que su declaración se hará por videoconferencia desde Tui. Una vez realizadas estas últimas deligencias, el caso quedará visto para sentencia.
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