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El Colexio de Podólogos de Galicia aconseja evitar los cambios bruscos de temperatura para no tener sabañones en esta ola de frío invernal
La humedad de Galicia aumenta el riesgo de sufrir este trastorno vascular
Juan Dios, presidente: “Pueden manifestarse espontáneamente con una coloración rojo- violácea e hinchazón que produce picor y dolor en los pies”
En plena ola de frío invernal, con intensas nevadas y heladas, los pies se pueden deteriorar a causa de las bajas temperaturas. El Colexio de Podólogos de Galicia recomienda a la población evitar el calor de fuentes directas como estufas o bolsas de agua caliente, y aconsejan abrigar los pies con un calzado confortable, como botas o botines de piel impermeables con suela antideslizante, flexibles y transpirables, además de calcetines de fibras naturales, como lana y algodón, que ayudarán a conservar el calor. También recomienda mantener los pies secos, mover las piernas para estimular la circulación, activarla con baños de agua tibia durante 15 minutos, y frotarlos con una crema que permita mantenerlos calientes e hidratados.
En zonas como Galicia, con una alta humedad, el riesgo de sabañones es mayor, y muchos pacientes están mostrando su preocupación con consultas a los profesionales de las clínicas podológicas. Uno de los colectivos más afectados en invierno son las personas mayores, con más problemas de circulación y vulnerables a los cambios de temperatura. El Colexio de Podólogos de Galicia aconseja evitar los cambios bruscos de temperatura, ya que el paso del calor de la calefacción al frío de la calle puede dañar la piel y provocar la aparición de sabañones, uno de los trastornos vasculares que surgen por culpa del frío intenso, además de lesiones inflamatorias que aparecen como una reacción anormal a las bajas temperaturas. “Los sabañones pueden manifestarse espontáneamente con una coloración rojo- violácea e hinchazón que produce picor y dolor y, en casos más severos, pueden formarse ampollas o úlceras en los pies” –explica el presidente del Colexio, Juan Dios–. Además, estas alteraciones pueden empeorar cuando el paciente sufre otras patologías como juanetes, dedos en martillo u otras deformidades.
En caso de que la sensación de baja temperatura no desaparezca de los pies, los podólogos señalan que esta circunstancia puede indicar patologías de carácter neurológico como una neuropatía diabética o falta de sensibilidad en los pies; el fenómeno de Raynaud, en el que las arterias de los dedos de los pies reaccionan exageradamente a las diferentes temperaturas; lupus, arterioesclerosis o incluso fibromialgia, anemia, problemas de circulación sanguínea o hipotiroidismo.
Prensa Colexio de Podólogos de Galicia
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