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Aseguradoras sanitarias: Tarde y mal

By 13 julio, 2021No Comments
Los profesionales de la Podología creen que las aseguradoras sanitarias “pagan tarde y mal”
 El 91,3% de los podólogos cree que el trabajo con las compañías privadas no está bien remunerado
 Así se desprende del Estudio Socioprofesional realizado por el Consejo General de Colegios Oficiales de Podólogos
 El 87,5% de profesionales de la Podología defiende la inclusión de esta especialidad en la Sanidad pública
El 85,5% considera que no existe reconocimiento social de la Podología

La casi totalidad (91,3%) de los profesionales de la Podología considera que el trabajo con las sociedades o mutuas no está bien remunerado, “creen que las compañías pagan tarde y mal”. Así lo ha explicado hoy Rosario Correa, vicepresidenta del Consejo General de Colegios Oficiales de Podólogos. Correa ha presentado, junto al secretario general de la Federación de Trabajadores Autónomos ATA (de la que el CGCOP forma parte), José Luis Perea, el Estudio Socioprofesional realizado por organismo podológico colegial.

En la encuesta han participado 2.666 personas de un colectivo de unas 7.800 personas colegiadas, una muestra del 35% del total, lo que da gran fiabilidad a la investigación. El 41,9% de personas encuestadas trabajan con mutuas o aseguradoras privadas. A este grupo se pidió opinión sobre las compañías.

Según Rosario Correa, “se trata de un tema que las empresas y profesionales deben valorar y negociar para que la remuneración profesional sea adecuada y acorde a la calidad prestada”. “Es necesario que las compañías sanitarias establezcan un diálogo fluido y ordenado con el Consejo General de Colegios de Podólogos, ya que representamos a los 7.800 profesionales que ejercemos en este país. Y en este diálogo no podemos dejar de hablar de que haya una remuneración profesional adecuada y acorde a la calidad prestada, pero, sobre todo, debe estar centrado en la ampliación de los servicios podólogicos cubiertos, ya que las competencias de podólogas y podólogos van mucho más allá de una sencilla quiropodia”, ha afirmado la portavoz de los profesionales de la Podología.

Para José Luis Perea, secretario general de ATA, esta reivindicación, común a los integrantes de la sectorial de sanidad de ATA en la que se integran más de 200.000 profesionales sanitarios, debe tener una solución lo más rápida posible ya que los autónomos de la sanidad son esenciales: “Acudimos a ellos con dolor y preocupación, y la remuneración por curarnos debe ser justa y proporcionada al bien que nos hacen”.

“La mayoría de las aseguradoras solo incluyen la quiropodia, un servicio muy básico y de menor valor añadido, entre los actos terapéuticos que ofrecen a sus asegurados y pagan estos servicios al profesional a veces a 5€. Esta realidad se ha agravado durante la pandemia: los profesionales que trabajaban con aseguradoras han visto como su histórica baja remuneración hacía inviable atender a estos pacientes con los costes derivados de las nuevas medidas sanitarias”, ha añadido Perea.

El estudio también revela que hay pocos profesionales que trabajan en o para instituciones públicas. La inmensa mayoría no trabaja en ninguna institución y lo hace en el ámbito privado: fundamentalmente, en clínicas. En la Sanidad pública solo hay unos pocos profesionales en hospitales de Cantabria y Baleares, junto a los que trabajan en la Universidad. Existen algunos autónomos que trabajan para Ayuntamientos o residencias públicas, pero con conciertos o a través de licitaciones de servicios. De hecho, el 74,2% de profesionales desarrollan su actividad por cuenta propia, el 13,6% por cuenta ajena y el 12,2%, de ambas formas, lo que revela el altísimo nivel de autónomos.

La inmensa mayoría de las profesionales de la Podología (87,5%) está de acuerdo con la inclusión de esta especialidad en la cartera básica del sistema público de salud con todas las competencias: pie diabético, atención primaria, pie geriátrico, pie infantil y en el ámbito hospitalario. Las respuestas obtenidas han permitido al Consejo reafirmarse en su lucha por este cometido.

El porcentaje de quienes defienden la incorporación de la Podología a la Sanidad pública es muy similar al de profesionales que consideran que no existe reconocimiento social de la profesión (85,5%). Ambos aspectos parecen estar muy relacionados. La presencia en la Sanidad Pública aportaría conocimiento y prestigio social a la Podología.

La Podología española está al máximo nivel profesional mundial junto a Estados Unidos. Sin embargo, la Administración sigue sin contar con profesionales en la Sanidad pública. Y esto pese a que, según Rosario Correa, “supondría un ahorro económico para las arcas públicas; los cuidados de los pies de las personas diabéticas, por ejemplo, están cada vez están más desatendidos, y generan un enorme gasto al sistema público cuando se desencadena la amputación de los miembros inferiores: el coste del tratamiento de una úlcera de pie diabético supera los 7.100 euros

La vicepresidenta de los podólogos también ha hecho referencia a otro problema importante de la profesión y sobre el que las personas encuestadas creen que la Administración debe actuar más: es el del intrusismo. Entre 2018 y 2020, el CGCOP tiene registrados 496 casos de intrusismo en la Podología, “algunos de ellos con consecuencias graves para los pacientes tratados por personas sin titulación”, ha afirmado Correa.

Otros datos

La jornada laboral media de podólogas y podólogos es de unas 10 horas y un 78% trabaja cinco o seis días a la semana, en horario de mañana y tarde. El 9,3% de los profesionales de Podología trabajan entre 11 y 15 horas al día, muy por encima de una jornada ordinaria. Como autónomos, muchos se ven obligados a dedicar mucho más tiempo de lo normal a su negocio para que sea rentable, en algunos casos con ingresos de menos de 500 euros mensuales, “una cifra irrisoria para profesionales sanitarios universitarios”, según la vicepresidenta.

A los profesionales de la Podología les gustan tener su consulta actualizada y modernizada: el 36,2% invierte más de 5.000 euros al año en acondicionar su clínica y el 28,8% invierte entre 1.000 y 5.000 euros anuales. De ello se deduce que el colectivo intenta ofrece un servicio de vanguardia y calidad al usuario. Las personas encuestadas consideran que en la profesión se necesitan reformas a nivel formativo, de gestión, desarrollo profesional y visibilidad ante la sociedad.

La podología es una profesión relativamente joven y era necesario realizar un estudio de este tipo para conocer las características de las personas que la ejercen y en qué circunstancias lo hacen. Se ha obtenido así, una visión global del ejercicio de la profesión actual en España, que mejora el acercamiento a las instituciones y poderes públicos para reclamar las necesidades del colectivo.

Entre las personas que han contestado a la encuesta predominan las mujeres, con una edad media de 40-45 años. Los profesionales desarrollan muchas competencias podológicas: la más frecuente es la Quiropodia, pero hay otros profesionales más especializados en otras competencias: Ortopodología, Pie geriátrico, Pie infantil, Podología deportiva, Pie diabético, Podología preventiva o Cirugía.

El 80,5% cuenta con tecnología para desarrollar estudios biomecánicos, el 86% diseña y adapta las plantillas para sus pacientes. Y algunas consultas están equipadas con equipos de radiodiagnóstico, ecógrafos o láser. Las personas encuestadas suelen realizar 2 o 3 cursos acreditados anualmente para el desarrollo de su profesión, e invierten unos 300 euros al año en formación. La formación más valorada es en Ortopodología, Biomecánica, Podología infantil, Pie diabético y Cirugía. El 90% de la formación está organizada por el Consejo General y los Colegios profesionales.

Actualmente algo más de la mitad de profesionales dispone de página web, el 71% tienen redes sociales (Facebook es la mayoritaria) y el 73% siguen las redes sociales del Consejo General de Colegios Oficiales de Podólogos.