El Colexio de Podólogos de Galicia inicia una campaña informativa sobre la salud de los pies de los deportistas con motivo del Día Internacional de la Podología
Los esguinces representan el 30% de las lesiones deportivas, pero también son frecuentes la fasciopatía plantar, la tendiopatía aquílea y la inestabilidad crónica de tobillo
La zapatilla adecuada debe adaptarse al pie del deportista, a las exigencias de cada deporte, a la superficie en la que se practique y al nivel del entrenamiento
El Colexio de Podólogos de Galicia pone en marcha una campaña sobre el pie en el deporte, con motivo del Día Internacional de la Podología que se celebra mañana jueves, 8 de octubre. Dentro de sus acciones, el Colexio profesional ha enviado a las federaciones y asociaciones deportivas de Galicia un folleto informativo sobre la prevención, cuidado y tratamiento de los pies durante la práctica de cualquier deporte.
El pie es una pieza clave de la estructura anatómica en cualquier modalidad deportiva, y actúa como elemento sustentador, propulsor, perceptor del entorno y transmisor de cargas. Así mismo, el Colexio profesional destaca que la podología deportiva es una rama que se encarga de hacer análisis y estudios de la marcha para mejorar el rendimiento deportivo, así como la prevención y tratamiento de lesiones. “Es importante para un deportista tomar las medidas de prevención necesarias para evitar cualquier tipo de lesión o patologías e impedir la disminución del rendimiento deportivo” –apunta el presidente, Juan Dios–.
Las lesiones más habituales en deportistas son los traumatismos agudos, los impactos repetidos y las debidas al estrés de los tejidos por sobreuso de un calzado inadecuado para el deportista, o por el juego, el terreno de juego, un mal gesto deportivo y la condición física del jugador. “La supervisión de un podólogo es fundamental para garantizar el buen estado de los pies, así como la elección adecuada del calzado, la realización previa de un estudio podológico, un correcto calentamiento para entrenar o jugar y un adecuado enfriamiento” –explica el presidente–.
El Colexio indica que las patologías más habituales en deportistas son la fasciopatía plantar, la tendinopatía aquílea, los esguinces o la inestabilidad crónica del tobillo. La fasciopatía plantar es el dolor en la región del talón provocado por la irritación de la inserción del tejido que recubre los músculos de la zona (fascia plantar) en el hueso del talón (calcáneo). Por su parte, la tendinopatía aquílea se da por la lesión del tendón de Aquiles (el de los gemelos) y produce dolor en la parte posterior de la pierna, cerca del talón. Estas dos patologías se producen por sobreuso, sobre todo en deportes con muchas carreras o saltos, siendo además la biomecánica del deportista uno de los factores de riesgo más importantes a tener en cuenta.
Los esguinces son una de las patologías más habituales en la población en general, y en los deportistas en particular, representando para estos últimos el 30% de las lesiones deportivas. Es una patología músculo- esquelética causada por el estiramiento o rotura de las fibras de los ligamentos del tobillo –provocado por su torcedura–, pudiendo estar sus fibras parcial o totalmente afectadas. Por último, la inestabilidad crónica de tobillo llega a ser frecuente en deportistas que sufrieron esguinces repetidos o que no llegaron a curar, dando lugar a la inestabilidad de la zona.
Revisión podológica regular de un deportista
La visita regular al podólogo será fundamental para mantener la salud de los pies. En la consulta, el podólogo evaluará la morfología y la funcionalidad del pie del deportista, lo examinará desde el punto de vista biomecánico como parte integrante del aparato locomotor, planificará los cuidados podológicos en los niveles precompetitivo, competitivo e postcompetitivo; prevendrá posibles lesiones; analizará y optimizará el calzado deportivo, y valorará también el gesto deportivo.
En concreto, es importante que el deportista vaya al podólogo para someterse a una exploración biomecánica que evalúe la estática y dinámica del pie, previo al inicio de cualquier actividad deportiva. Un estudio biomecánico puede ser útil para conocer las posibles alteraciones en la estructura del pie o en la manera de pisar, ya que a la hora de hacer deporte pueden producirse lesiones como rozaduras, ampollas o durezas, u otros dolores provocados por diversas patologías como la fasciopatía plantar o diferentes tendinopatías. De este modo, con un estudio podológico previo se pueden prevenir estas afecciones a través de la prescripción de plantillas personalizadas que mejorarán distintos aspectos de la pisada, como puede ser la distribución de presión por la que se producen sobrecargas musculares.
Y otros tratamientos que destaca el Colexio de Podólogos de Galicia son los vendajes funcionales, la terapia física, la calzadoterapia, los soportes plantares u ortesis digitales, el tratamiento de lesión en la piel o las uñas y los ejercicios de estiramientos y fortalecimiento.
Sin compresión y con acordonado
A través del pie se transmiten tanto las fuerzas del cuerpo como las reactivas del suelo, por lo que es importante la elección de un calzado idóneo. Según los podólogos, un primer cribado que debe cumplir la zapatilla deportiva es la adaptación a cuatro factores: el pie del deportista, las exigencias de cada deporte, la superficie en la que se practique y el nivel del entrenamiento. En este sentido, y de forma general, explican que la zapatilla deportiva debe tener una buena adaptación, no comprimir, buena amortiguación y acordonado para una correcta adaptación a la anatomía del pie.
De forma general, los podólogos indican que el calentamiento al comienzo del entrenamiento o del juego y los estiramientos al final de cada actividad son la base de una buena práctica deportiva. “Un buen calentamiento antes de la actividad deportiva prepara los músculos, ligamentos y articulaciones ante posibles lesiones, al igual que el enfriamiento posterior” –asegura el presidente–.
Consejos prácticos del podólogo
-Cortar las uñas rectas para evitar que se claven.
-Evitar los lavados con agua caliente antes de la actividad deportiva, ya que debilitaría la piel y aumentaría el riesgo de formación de ampollas.
-Si se observa alguna lesión, no tratar de manipularla y acudir a su podólogo
-Usar chanclas en vestuarios y duchas públicas.
-Preferiblemente usar calcetín técnico.
-Acudir al podólogo varios días antes de una competición para que el pie se encuentre en las mejores condiciones.
-Evitar estrenar el calzado deportivo en las competiciones o de forma brusca.
-Ver que el calzado deportivo se adapta al tipo de actividad, así como al terreno.
-Observar que el calzado presenta un desgaste excesivo debido a una alteración de la marcha/pisada.
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